Antes de comenzar, me gustaría explicarte qué es moai y así podrás entender el significado que guarda dentro de esta historia, y el porqué he querido relacionarlo con las historias de Guizhou de DEYI LIVING.
El Moai es un grupo informal o comunidad con intereses comunes que se ayuda entre sí. Se trata de grupos de apoyo que surgen para proporcionar asistencia de interés social, de salud o espiritual en la comunidad. La palabra japonesa Moai significa: reunión con un propósito común <<conexión>>.
Ahora que sabes que significa, puedo comenzar a hablarte sobre la historia de Adriana Cagigas Gil, ella es diseñadora española y cofundadora de DEYI, una mujer que sigue su intuición e ikigai, porque no comprende la vida de otro modo que no sea haciendo lo que le hace feliz y responde a su razón de ser y de vivir, convencida del poder del diseño ético para cambiar nuestra sociedad, es la encargada de la estrategia de sostenibilidad de DEYI. Ella lucha día a día por preservar el patrimonio cultural textil en la China rural.
Lo que pasa cuando entras en su maravilloso y relajante espacio es que sabes cuando entras, pero nunca cuándo ni cómo vas a salir, lo que está claro es que una vez lo haces, el espacio te transforma, se pierde el cuerpo y se olvida el tiempo. El entorno y las personas que lo ocupan te invitan a otra dimensión en la que simplemente estar y ser. Así es el lugar que ha creado Adriana Cagigas en DEYI (C/Piamonte, 25 Madrid), y que personalmente nos tiene enamorados.
Detrás de todo ese misterio, y de esa atracción inexplicable que sentimos unos cuantos o unos pocos por conocer y descubrir, se haya un proyecto con esencia, intención y ganas de homenajear, preservar, transmitir y mantener viva la cultura china y más concretamente a las artesanas de Guizhou, a las que dan luz y voz, y con las que colaboran para mantener su artesanía tradicional, favoreciendo un desarrollo social y económico.
Un proyecto ético que pretende involucrar por un lado los procesos naturales y por otro las culturas con el objetivo de transmitir los valores, tradiciones y mostrar nuevas formas de vida sostenible para vivir en armonía y en comunidad. Volver a la esencia de la vida, poniendo en valor el arte a través de distintas experiencias que conectan personas y proyectos que conviven en unos mismos valores y estilo de vida.
Impactados por la historia de estas mujeres, inspirados por su fuerza de voluntad, por su interés por mantener vivas las tradiciones, por el respeto que tienen sobre los procesos naturales, la dedicación y el mimo con el que trabajan las telas, la delicadeza y el ritual diario que realizan para poder teñir sus telas con índigo, un tipo de planta que se emplea para teñir de forma natural, y también asociada al ayurveda y otros sistemas de medicina tradicional para tratar distintas dolencias.
Cada vez que Adriana nos recibe en su espacio, sucede el arte del ritual y de la ceremonia del té, conectas con un espacio inspirador que te invita a estar y en el que de forma inexplicable te sientes como si acabaras de realizar una meditación, quizás por las personas que a diario lo frecuentan dejan de una forma u otra su presencia, y una buena energía que se puede respirar.
Durante el pasado mes de febrero, ha estado dando a conocer su proyecto y a todas las personas y procesos que lo forman en un documental que muestra la vida y dedicación de esas mujeres artesanas.
Poder tocar las telas expuestas como si de obras de arte se tratase, sentir su historia al verlas y tocarlas, sabiendo su proceso, trabajo y significado. Hacernos reflexionar sobre el valor de las cosas, la historia que guardan los objetos, la permanencia, la conexión y el poder regenerador de la naturaleza y la verdadera esencia de los objetos.
Textiles que tienen una clara intención: devolvernos a los ritmos naturales, a la vida lenta, la paciencia, recordarnos que todo lleva un proceso, meditar sobre la belleza de lo cotidiano, de las relaciones, las conexiones y de la impermanencia de las cosas. Nos confirma que cuando nos movemos desde el amor solo pueden salir cosas buenas, y este proyecto es un ejemplo claro de ello.
“El regalo más preciado que podemos ofrecer a los demás es nuestra presencia. Tocar profundamente es una práctica importante. Tocamos con nuestras manos, nuestros ojos, nuestros oídos y también con nuestra atención”.
—Thich Nhat Hahn
En esta visita como puede verse en las imágenes que acompañan este texto, pudimos reparar un uniforme antiguo, desgastado por su uso. Entre todos los que hemos visitado el espacio hemos ido dando puntadas, bordando, poniendo retales para seguir dando vida a esta chaqueta, seguir preservando su oficio de algún modo simbólico. Y haciéndonos reflexionar sobre el valor que le damos a los objetos, poner foco en aquello que verdaderamente necesitamos y cuestionarnos de dónde vienen las prendas o los objetos que compramos a diario. Vivir como nuestros abuelos, cuidando las cosas para que duren, realizando el mínimo desperdicio y hacernos conscientes que somos parte de un equilibrio alterado y que está en nuestra mano hacer algo al respecto.
Nos sentimos muy afortunados por formar parte de esta familia tan bonita y de poder disfrutar cuando queramos de este lugar tan especial que nos devuelve a nuestro ser.
Muchas gracias por haber creado este proyecto con tanta alma que pretende el bien común de las personas y de nuestra madre naturaleza.
Por supuesto te recomendamos su visita. DEYI LIVING SPACE MADRID | DEYI LIVING SPACE MADRID
Un abrazo,
Juan y María
Photography_Juan A Blanco Text_María Belber